sábado, 19 de enero de 2013

Kind of penoso actualizar con esto después de años, pero.

Me da mucha rabia cuando la gente cree que ser exigente con uno mismo es bueno porque te superas y bla bla bla... y una mierda. No me consideraba especialmente una persona perfeccionista, pero en el último año estoy descubriendo muchas cosas de mí que nunca pensé que sería, y esa es una de ella.
Todos dicen "deja de ser así, sabes que saldrá bien." "¿por qué no te gusta? está perfecto."
No es gracioso pensar en lo contrario. No lo hago para que me alaguen. Yo lo veo así, y punto. Lo veo incompleto, lo veo desafinado, lo veo mal hecho..., y no saben hasta que punto puede llegar a consumir ese pensamiento. He tenido problemas, ansiedad, nervios, dolores que salen de la nada de toda la frustración acumulada, y que se quedan (hola, Karol Jabaloyas, te quiero. No sabes lo guay que es hablar cada día con la persona que sabes que será tu yo futuro.)

Soy una persona introvertida. La mayoría del tiempo lo paso pensando para mí misma, odio estar entre multitudes, simplemente me siento como si estuviese fuera de lugar. Como si yo ahí no pintase nada. Cuando tengo que hablar de algo que me ha molestado, o de cualquier cosa que siento, es como... no. Ni de coña. Me cuesta horrores, incluso con las personas con las que tengo confianza. Me irrito con cualquier cosa, una de las que más me molesta son los cambios de planes repetinos. Soy tímida, aunque haya algunas personas con las que no lo puedo parecer tanto, y rara vez estoy hablando todo el rato (aunque, realmente, si me sacas un tema que me interesa me puedo pasar horas haciéndolo.)

Tampoco saben lo horrible que es sentirse menos persona por no poder entablar una conversación NORMAL con alguien que acabas de conocer. Como si te miraran y pensaran de inmediato: qué rara es esta tía, autista por lo menos.
Y ahí es donde empiezo a apuntar la opinión de la gente en mi lista de cosas que me importan una mierda (y tengo que decir que es bastante larga).

Odio a esa gente que te intenta cambiar porque creen que lo mejor para ti es que vayas a fiestas, te relaciones con todo quisqui y vivas la vida. Esas personas que creen que la gente que no hace lo mismo que ellos son de otra especie..., sí, seguro que todos conocen a alguien. ¿No son lo más triste del mundo?

Para que luego digan que somos nosotros.

C

domingo, 1 de abril de 2012

Pelis ... y eso.

Estamos haciendo dos entradas seguidas... creo que no somos conscientes de lo que esto conlleva. Ahora os vais a creer que vamos a actualizar siempre. JAJAJAJA.

En fin, como había que sacar tema de algún sitio, a P se le ha ocurrido que hablemos de las pelis que nos han gustado últimamente, así que cada una pondrá dos... que una cosa es actualizar, y otra echarnos aquí la tarde.

Yo os recomendaría miles, MIIILES, pero como son de las últimas tengo dos principalmente que me han gustado más:

((50/50))


Si os gustan los dramas y el ver cómo la gente afronta una enfermedad, os gustará (dicho así suena raro... somos raros, me incluyo). (Y si os gustan los hombres guapos también *comentario patrocinado por Ame*) Vale ya con los paréntesis. No, en serio, me impactó mucho esta película, no sólo por eso si no porque te das cuenta de cómo de un momento a otro todo puede cambiar, hasta tal punto de saber que sólo te quedan unos pocos de días de vida. Y encima tiene entre su BSO uno de mis temas favoritos de Radiohead, ¿qué más se puede pedir?


((Adam))


Por la foto puede parecer la típica comedia romántica que blablabla pero no. Es romanticona, sí, pero original. Siempre he sentido curiosidad por los personajes(y personas) con "Síndromes de Asperger", y cuando me enteré de la existencia de esta película no dudé en verla. Realmente transmite muy bien todo, la frustración que da tener cerca a alguien así, pero también lo gracioso que puede llegar a ser y las cosas buenas que tiene. Además su final no te lo esperas. O al menos yo no lo hacía.

Y ahora le toca a Patri... que la amiga se emociona escribiendo y a ver quién le dice que pare. Como interrumpir a Falete en un buffet libre (ya estaba tardando).

Me encanta ir al cine. siempre me ha gustado. no voy mucho porque es carísimo, así que espero a que mi padre ponga gasolina y voy con la tarjeta de la BP. Pero la gasolina también es cara, así que pone poca. En fin, que es un círculo vicioso que no permite que vaya todo lo que me gustaría.

Esto lo cuento porque el fin de semana pasado fui dos veces. DOS. Una me invitaron mi prima y mi tía y la otra fui con unas amigas. Vi dos pelis, obviamente: Intocable y Todos los días de mi vida.

Vi Intocable porque era la que iban a ir a ver ellas dos.



Y me encantó. Me pareció una maravilla de película y cuando me dijeron que era francesa, lo entendí. No me gusta el idioma, pero las películas… La historia trata de Philippe, un rico aristócrata que después de un accidente de parapente queda postrado en una silla de ruedas y sin poder moverse de cuello para abajo. Hasta aquí podría parecer que es un drama, pero prometo que yo me reí muchísimo. A Philippe no le gusta que se compadezcan del él, y quizá por eso contrata a Driss, un chico negro de los suburbios, para que le cuide. Juntos irán aprendiendo el uno del otro (creo que Philippe aprende más de Driss que al revés, por raro que pueda parecer) En definitiva, es una peli que deberían ver. La aconsejo muchísimo ***** (intento de estrellitas para valorar la peli de 0 a 5).

Todos los días de mi vida, lo reconozco, tenía tantísimas ganas de verla porque adoro a Rachel Mcadams.



Trata de la historia de Leo y Paige (no, no es Embrujadas, lo prometo) una pareja joven que acaba de casarse y, por un desafortunado accidente de tráfico (la cosa va de accidentes), Paige olvida los últimos 5 años de su vida. No recuerda a su marido y, ni mucho menos, haberse casado con él. Su vida anterior no le gustaba (era una pija estudiante de Derecho y residente en un barrio alejado de la ciudad). Y es por eso por lo que Leo (aparte de por amor), intenta hacer que vuelva a enamorarse de él y a recordar cómo ella había cambiado su vida pasada por una nueva junto a él. La película me gustó, pero el final me decepcionó un poco. La aconsejo, sí, pero solo porque Rachel enamora y Channing Tatum está sdkfjsdfjsdf. *** (igual que antes, de 0 a 5)

Pasando de las despedidas, que no nos gustan... (o por lo menos a mí, pero yo meto a Patri en el saco -no literalmente-) :)

sábado, 31 de marzo de 2012

martes, 6 de septiembre de 2011

Series, Super 8 y un poco sobre mí. (Patri)

No me gusta tener esto tan abandonado, pero es que soy tan sumamente vaga que me duele pensar un tema sobre el que escribir y actualizar. El caso es que hoy, escuchando a Adele, me he dado cuenta de que no hace falta hablar de un tema determinado cuando se puede hablar de muchos a la vez y entenderte tú sola, que ya es algo.

He pensado hablar de mi vida y de mis relaciones sociales, etc. Pero mejor no tener que mentir y hablar de cosas que realmente conozco. (Eh, que yo soy muy sociable… pero prefiero estar en casa frikeando).

Yo soy esa persona que por cuestiones que no vienen a cuento, se pasa 6 meses sin poder estudiar y sin trabajar y, ¿en qué aprovecha el tiempo? Sí, en ver Expediente X enterita, desde el primer capítulo de la primera temporada, hasta el último de la novena, además de las dos películas. Llegué a verme hasta 5 capítulos por noche con la oreja pendiente por si mis padres se levantaban e intentaban desterrarme. Es más, cuando acabé me dio un bajón enorme… Era como, ¿no hay más? ¡PUES YO QUIERO MULDER Y SCULLY! Y poco a poco parece que se va fraguando la idea de una tercera peli. Ojalá.

Pero no solo he visto esa, no. Porque yo me reto conmigo misma y X-Files es larga, pero no lo suficiente. NO ME DURÓ NI DOS MESES. Y a parte de llevar a ritmo EE.UU: Bones, Fringe y HIMYM. Y ritmo España: Los Protegidos, El Barco y Punta Escarlata. Me he puesto a ver ENTERITAS: The Good Wife, Dexter, Modern Family y Chuck. Y sí, ya he acabado y ahora solamente pienso qué voy a hacer cuando empiecen todas y yo también empiece el Bachiller. Ha llegado la hora de comprar una agenda y organizar el tiempo. Menos mal que Bones me da un respiro y empieza en noviembre (NO).

He de decir que todas las series que he visto me han encantado y llegó un momento que llegué a creer que es que yo era freak, sin más, y cualquier serie me gustaría. Pero en ese momento vi un trozo de Piratas haciendo zapping y sí, cambié de idea. Son buenas y punto.

También, en uno de estos días en los que el cuerpo me pide salir de casa (uno cada dos meses, más o menos) fui al cine a ver Super 8 con mi prima. Me gustó la película, sí. Me encantó la interpretación de Elle Fanning, también. Pero siendo de JJ Abrams, igual esperaba un poco más. E igual mi fallo fue ese: tener las expectativas demasiado altas.

Sí… no crean que no he ido a la playa. Soy Canaria, de vez en cuando apetece. El otro día un vecino de toda la vida se paró en seco frente a mí, me miró con seriedad y me dijo: “Patri, ¿qué coño te ha pasado? Si tú antes eras negra”. Y yo pensé: “Pues si me llegas a ver a principios de verano…”. Ahora por lo menos tengo color de persona normal y no de persona jodida del hígado.

No sé de qué más hablar, ahora solo tengo que obligar a Claudia a que actualice también de vez en cuando aunque sea como yo, hablando de mierdas que no le interesan a nadie.

Uy, la palabra “mierda” me ha recordado a los Emmy, que se han saltado a la torera grandes interpretaciones como la de John Noble y Anna Torv en Fringe (y a la serie también, por supuesto). Y eso, que se metan sus premios por el orto.

Y ahora les dejo un video de mi futuro marido y mi futura hija adoptiva, así, como despedida apoteósica a una gran cagada.

Jorge y Alexa Narváez - Home

lunes, 16 de mayo de 2011

El fin de una etapa: Gracias Sé lo que hicisteis.


Después de 5 años se ha publicado la noticia que todos sabíamos que llegaría pero no esperábamos. La que tenía que pasar pero obviábamos porque éramos más felices en la ignorancia: “Sé lo que hicisteis cierra sus puertas para siempre el 20 de mayo de 2011”.

El 30 de marzo de 2006 comenzaba su andadura en laSexta, una cadena reciente, que aún no llegaba a toda España y que mucha gente se resistía a ver (siempre somos reticentes a lo nuevo). Empezó siendo un programa semanal (“Sé lo que hicisteis la última semana”) y se emitía los miércoles en prime time. Poco a poco se fue abriendo hueco en la televisión de España, que no estaba acostumbrada a que alguien pusiera los puntos sobre las íes a los denominados “programas del corazón” y a la prensa rosa en general.

Así, Patricia Conde y Ángel Martín no dejaban títere con cabeza y daban hostias (verbales y visuales) a diestro y siniestro y con razón, mucha razón, a pesar de que en este país de cotillas, muchos no eran capaces de verlo.

Tanta fue la repercusión del programa que laSexta decidió hacerlo diario el 9 de abril de 2007, pasando a acompañarnos todas las sobremesas durante unos 30 minutos aproximadamente. Llamándose desde entonces, “Sé lo que hicisteis”.

Empezó como un programa de los denominados “de zapping” en el que enseñándonos videos de programas de otras cadenas y de la suya propia, nos mostraban las barbaridades que algunos “profesionales” cometían cada día en televisión. Además de reírse de ellos mismos sin vergüenza y si cometían un fallo, eran los primeros en decirlo y repetirlo.

Les acusaban de hipócritas, de vivir de otros, de ser parásitos. Pero si alguna vez viste el programa y prestaste atención, estarás conmigo en que su trabajo no era simplemente “robar” e “insultar” a otros. Detrás de todo eso hay un curro enorme de realizadores, guionistas, cámaras, actores, humoristas, maquilladores, técnicos de sonido, dobladores, editores… y si no que se lo digan a Gonzalo Miró, que aprovechaba el trabajo de estos últimos para ahorrarse tiempo en el programa en el que participaba en Cuatro.

Pese a que sus datos de audiencia no eran disparatados, toda España tenía constancia de su existencia, se hablaba de ellos (para bien o para mal) y se les reconoció su labor con numerosos premios (Antenas de oro, ATV, TP’s de oro, Micrófonos de oro…). Al igual que se les “cerró el grifo” de algunas cadenas con menos humor y que no eran capaces de entender que las burlas cesarían, simplemente, con una mejora en la programación española (Telecinco, Antena3, Cuatro…).

Los sketches irónicos eran la base y la “marca” del programa. Los doblajes del rey y el príncipe, TWD y de cualquier video al que se le pudiera sacar provecho eran perfectamente realizados por Miki Nadal y Mónica Chaparro, los reportajes de Pilar Rubio, Berta Collado, Cristina Urgel, Cristina Pedroche, Paula Prendes y Jordi Mestre nos dejaban claro que los famosos agradecían el buen trato del que Sé lo que hicisteis hacía gala… Pero sin duda, el guión y sobre todo Ángel Martín, fueron lo que mantuvieron el programa en alto durante tanto tiempo.

5 años han pasado desde que “un programa de humor con poco presupuesto y mucha mala leche” empezaba en una cadena pequeñita y con repercusión mínima. Cadena que hoy en día debe todo lo que es a este equipo que se ha dejado la piel haciéndonos reír cada tarde.

El viernes, algo “morirá” dentro de muchos jóvenes que “crecieron” con Sé lo que hicisteis. Que tenían el ratito que duraba el programa como descanso de sus estudios o trabajos, que reían a carcajada limpia y olvidaban los problemas durante 30 minutos, 1h o incluso 2.

Nunca podré darles las gracias del todo. Es imposible agradecerles tantos buenos momentos, tantos viajes a Madrid para disfrutarles en directo, tanta gente maravillosa conocida gracias a ellos.

Aún así, GRACIAS. Gracias por todo este tiempo de dedicación.

Y sobre todo… ¡Suerte!

Larga vida al rey de la tarde… Sé lo que hicisteis.


martes, 3 de mayo de 2011

Mini-Fics de Bones.

¡Hola!

Qué abandonadito tenemos esto, por Dios. Entre que Claudia está estudiando a tope y yo súper enganchada a Expediente X (aquí se ve quien vivirá en la indigencia en un futuro no muy lejano y quién no) pues no seguimos con las reviews de Bones ni nada. Yo me comprometo a que si en el final de la 6ª pasa algo, convenzo a Clau de hacer reviews cada capítulo de la 7ª. Y ahora, aunque no me estén viendo, tengo puesta la mejor troll face del planeta tierra y parte del extranjero.

El caso es que el otro día nos dio la vena Bones más fuerte de lo normal (que ya es decir) y empezamos a pensar una escena para hacer un mini-fic. Planteamos una idea común y cada una debía escribir un pequeño fic basado en eso. Y como estoy muy aburrida, he decidido subir la mía hoy. Mañana le diré a Claudia que suba la suya o lo hago yo, como ella quiera.

La idea en común: Booth y Brennan comiendo/cenando en el Founding Fathers. Después de pagar y salir del restaurante, ella se distrae y está a punto de atropellarla un coche. Booth la salva y… TACHÁN.

Todo lo demás que hay en común es porque Clau y yo tenemos las cosas muy claras.

Aquí está el mío. Espero que les guste.


Bones: ¿Y cómo se llama?

La cucharilla de postre que se dirigía a su boca se detuvo con tal brusquedad que el trozo de tarta de manzana cayó sobre el plato. Booth la miró y a Brennan le pareció que intentaba decirle algo sin necesidad de usar palabras. Frunció el ceño intentando averiguarlo, con él le costaba, pero a veces lo conseguía.

Bones: ¿No lo sabes? Booth… -Dijo en tono de reproche, él tragó saliva-

Booth: He de reconocer que lo único que le dije es que era demasiado pequeño para esas cosas y que primero tenía que estudiar y…

Bones: ¡Booth! –Repitió del mismo modo, aunque esa vez un poco más alto-

Booth: ¿Vas a decir ya algo a parte de mi nombre? ¿Qué debería haber hecho? –Ella sonrió-

Bones: ¿De verdad quieres mi respuesta? –Él asintió levemente- Pues creo que tu hijo ha confiado en ti y te ha contado que le gusta una chica. –Dijo sin más-

Booth: Gracias, me dejas más tranquilo. –Resopló. Brennan dio un sorbo a su cerveza, satisfecha- Bones, era ironía.

Brennan: ¿Qué? –Preguntó distraída- Ah, claro… ya me parecía a mí que había sido demasiado fácil… -Booth sonrió, siempre pasaba lo mismo- Creo que a veces, aunque no estés de acuerdo, tienes que sentarle y hablar con él, dialogar. –Booth volvió a mirarla, inquisitivo- Sí, Booth, esta es una de esas veces.

Pidieron la cuenta y ambos, como siempre, quisieron pagarla. Tras una breve discusión en la que Brennan exponía que debía pagar ella por su mayor poder adquisitivo y Booth se empeñaba en que debía ser él porque era el hombre, cada uno pagó lo suyo y ambos salieron del Founding Fathers a regañadientes.

Booth: Deberíamos pensar seriamente en pagar cada uno un día.

Bones: Sería igual que ahora, no lo entiendo.

Booth: Pero así al menos no nos enfadaríamos todos los días… -Ella sonrió levemente- ¿Vas para el Jeffersonian?

Bones: En realidad iba para casa, estoy un poco cansada y Wendell me prometió que examinaría algunos cadáveres del Limbo antes de marcharse. –Booth abrió la boca exageradamente y esta vez, ella no comprendió su expresión-

Booth: Sorpresa, Bones, mi cara es de sorpresa. –Aclaró como si supiera lo que ella andaba preguntándose- Temperance Brennan, la mejor antropóloga del país y parte del extranjero, la mujer más trabajadora del mundo, ¿se va a casa a… descansar? –Ella hizo una mueca de fastidio-

Bones: Ángela me amenazó y supongo que en lo que a manipulación se refiere, siempre llevo las de perder.

Booth: Uau. –Susurró incrédulo- ¿Con qué te amenazó? ¿Podré usarlo yo cuando quiera que te vayas a dormir? –Brennan soltó una carcajada, pero dejó de reírse cuando vio su cara- ¿Dónde está la gracia?

Bones: En que eres un hombre, no puedes quedarte embarazado y yo no podría ser la madrina de tu hijo. –Rió de nuevo como si se tratase del mejor chiste del mundo-

Booth: ¿Te ha amenazado con no dejarte ser la madrina? –Ella asintió- Le daré un beso en la tripa en cuanto la vea. –Murmuró sonriendo. Brennan le propinó un codazo-

Siguieron andando en silencio, uno junto al otro. Les ocurría a menudo que dejaban de hablar y se abstraían en ellos mismos, pero a ninguno le parecía incómodo. Aunque a Brennan le costase aceptarlo, le encantaba estar con él sin necesidad de hablar, simplemente se sentía cómoda con su compañía, protegida. Y Booth prefería tenerla cerca y callada a que estuviera en el Instituto hasta horas intempestivas.

Y llegó un momento en el que estuvieron tan aislados del otro y del resto del mundo, que Brennan no lo vio venir. Escuchó una bocina que aumentaba de sonido hasta hacerse ensordecedora y lo siguiente que sintió fue la mano de su compañero rodeando su muñeca con fuerza y atrayéndola hacia su cuerpo. Estaba convencida de que le había hecho daño, pero no le dio tiempo a quejarse. De pronto le tenía enfrente, a escasos centímetros de su cuerpo y sin estar muy segura de lo que estaba ocurriendo. Tampoco sabía en qué momento la mano de Booth había pasado de apretar su muñeca a estrujar sus dedos, ahora ligeramente entrelazados.

Él la miraba con la preocupación reflejada en el rostro y ella se limitó a dirigir la vista a su cintura, donde la otra mano de Booth reposaba con firmeza. Verdaderamente no comprendía lo que pasaba, pero por un momento había creído sentir que le quemaban sus ojos marrones clavados en los suyos.

Booth: ¿Estás bien? –Preguntó rompiendo el silencio, consiguiendo que ella volviera a alzar la mirada- Bones, ¿estás bien? ¿Te ha pasado algo? No ha llegado a tocarte, ¿verdad? –Brennan simplemente sonrió y cerró los ojos- En serio, Bones, ¿estás bien? ¿Por qué te ríes? –Inquirió de nuevo, esta vez más serio-

Ahora era él el que no tenía ni idea de lo que sucedía. Habían estado a punto de atropellarla, probablemente le había fracturado la muñeca al tirar de su brazo, ¿y ella se reía? Siguió mirándola con incredulidad hasta que una pequeña mueca de dolor afloró de su rostro.

Booth: Menos mal, creía que estabas en shock. –Resopló algo más tranquilo-

Bones: Booth, me has hecho daño. –Le reprochó agarrándose la mano dañada-

Booth: Sí, y por si no te has dado cuenta, también te he salvado la vida.

Ella miró alrededor intentando comprender algo, pero solo vio algunas miradas curiosas de los demás transeúntes. Incomprensiblemente, la mano del agente aún se hallaba en su espalda, lo que la hacía estar cerca de él. Quizá demasiado.

Booth: ¿Se puede saber por qué te reías? –Preguntó cogiéndole la mano para mirarla, ella se quejó de dolor-

Se apartó un poco para echarle un vistazo. Ella tan solo se había quejado de la muñeca, pero él necesitaba comprobar que no tuviera ni un rasguño.

Bones: ¿Sigues enfadado? –Sonrió levemente-

Booth: ¿Enfadado? –Preguntó arrugando la frente- ¿Qué te pasa, te has dado un golpe en la cabeza?

Bones: Con las mujeres, ¿sigues enfadado? –Cuestionó otra vez, con un objetivo bastante claro-

Booth supo enseguida a qué se refería y cerró los ojos un instante, intentando mantener el corazón dentro de su pecho.

Booth: Nunca he estado enfadado contigo. –Brennan sonrió- ¿Qué pusiste en la nota?

Bones: Sé perfectamente que lo leíste, no intentes engañarme ahora.

Booth: No lo recuerdo, ¿qué pusiste?

Tenía muy claro que quería escuchar de su boca aquello que había logrado leer por encima de su hombro el día de la nevada. Lo recordaba perfectamente, pero solo si ella se atrevía a decirlo, respondería a la pregunta que él aún no se había atrevido a hacer.

Bones: El día que sintiese algo que ni siquiera la ciencia pudiera explicar. –Él exhaló el aire y volvió a cerrar los ojos intentando relajarse-

Brennan esperaba una señal para continuar hablando, para explicarle qué había sentido, pero a Booth parecía costarle reaccionar a sus palabras, a pesar de que estaba segura de que sabía la respuesta.

Booth: Y eso… ¿Ya ha pasado? –Ahí estaba la señal, tan clara como el agua del mar, como siempre era Booth con ella -

Brennan: Creo que sí. –Respondió sin temor, ya no tenía miedo a expresar algo que echara por tierra muchas de sus creencias- ¿Me prometes que ya no estás enfadado conmigo? –Booth sonrió y asintió levemente- Antes, mientras me mirabas fijamente, creí sentir la necesidad imperiosa de… -Llenó sus pulmones de aire antes de continuar y Booth decidió no interrumpirla- de besarte. –Dijo al fin, sin apartar los ojos esta vez-

Omitió algunos detalles que le hubiese gustado matizar, pero ahorró tiempo. Eso que ya habían malgastado tanto. Le hubiera gustado decirle que si la besaba en ese momento, no haría falta volver a retomar esa conversación nunca más. Que quizá no era la primera vez que le pasaba eso, pero sí la primera que se daba cuenta y quería aceptarlo. Que le quería.

Bones: Pero lo realmente inexplicable es que me di cuenta cuando tuve que apartar mis ojos de los tuyos por temor a lanzarme y que aún no estuvieras listo. ¿Es posible que tu mirada quemase la mía? Ya sabes, no literalmente, solo como una… -Su afán por seguir siendo ella aún cuando necesitaba dejar de serlo por un rato brotaba de cada poro de su piel-

Booth: Sensación.

Bones: Sensación. –Repitió al instante, aceptando la palabra como posible explicación-

Booth: Es posible. Todo es posible. –Ella sonrió levemente-

Bones: ¿Qué escribiste tú?

Ya había sido imprudente demasiado tiempo, tenía que volver a ser la científica, la racional de la historia.

Booth: ¿De verdad quieres saberlo? –Ella asintió convencida- Nada. –Brennan le miró sorprendida, ella le había visto escribir- Hice un tachón. –Respondió de nuevo como si la hubiese escuchado- No podía.

Bones: ¿Por qué? ¿No habíamos quedado en eso?

Booth: Porque creo en el destino, ¿recuerdas? –Las facciones de su cara no cambiaron un ápice- Llevo sabiendo lo que tenía que hacer desde antes de que empezara toda está conversación. Desde aquel día que me arriesgue y no gané. Desde que te conocí.

Bones: No sé qué signi…

Pero él no la dejó acabar la frase. Estaba cansado de oírla, de tener que explicarle todo con palabras cuando en la simpleza siempre se escondía la belleza. La besó. Posó sus labios sobre los de ella sin mucha delicadeza, sin pensárselo. Y esta vez ella le correspondió. Porque estaba lista, porque ya era lo suficientemente fuerte y porque, por un instante, llegó a olvidársele completamente el riesgo, la impermeabilidad, la racionalidad. Y cuando volvieron a ella todos esos pensamientos, ya era demasiado tarde.

Bones: Sabía que no te rendirías –Dijo cuando no les quedó más remedio que separarse para coger aire-

Booth: Sabía que tú sí lo harías. –Respondió antes de volver a besarla-